Mantenimiento
Un acuario correctamente instalado y poblado requiere poco mantenimiento.
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Renovaciones de agua: una renovación regular de una parte del agua (por ejemplo 1/3 cada dos semanas) permite eliminar los desperdicios orgánicos. Se procede normalmente por sifonaje, aspirando el agua cerca del suelo, con el fin de eliminar por la misma operación los desperdicios sólidos.
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Limpieza de los cristales: un raspador permite devolver su transparencia habitual a los cristales.
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Limpieza de las plantas: las plantas manchadas por algas se deben limpiar a mano.
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Limpieza del suelo: trasladando el suelo por medio de una campana transparente, se pueden extraer los desperdicios que se encuentran allí y permitir la circulación de agua.
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Abonar las plantas (a base de hierro orgánico, básicamente)
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Alimentación de los peces, a base de alimentos frescos, congelados o vivos (daphnias, artemias.).
¿Por qué renovar el agua?
Es necesario efectuar cambios de agua regulares en un acuario. Ya que si las bacterias se encargan de degradar el amoniaco y los nitritos en nitratos, estos últimos se acumulan poco a poco en el acuario, pudiendo alcanzar valores importantes que podrían ser tóxicos para los peces. La tasa de nitratos debe ser siempre inferior a 50 mg/l.
Los nitratos son consumidos por las plantas acuáticas y por las algas. Sin embargo el consumo de las plantas no basta para eliminar todos los nitratos en general, sólo los cambios de agua regulares permiten obtener tasas aceptables.
Por otra parte, los cambios de agua permiten suministrar los oligoelementos necesarios a los peces y a las plantas, que si no, se agotan poco a poco en el medio cerrado que es el acuario. El ritmo y la cantidad de los cambios de agua son variables según la población del acuario y las condiciones de mantenimiento. Se aconseja en general cambiar el 10 % del agua todas las semanas, o el 20 % cada 15 días. Este porcentaje tiene que ser aumentado si por supuesto las tasas de nitratos se elevan demasiado.
Sin embargo, nunca se tiene que cambiar toda el agua al mismo tiempo.
LIMPIAR LOS CRISTALES
Por cuestiones de estética pero también para la vida en el acuario. Las plantas no pueden sobrevivir sin luz. Siendo el vidrio un material sobre las cuales las algas se establecen fácilmente, conviene limpiarlos regularmente para evitar su proliferación duradera.
ALIMENTACIÓN
Cada especie de pez tiene sus propias exigencias, aunque la mayoría se alimentan a base de presas vivas que complementan con preparados inertes y aportes vegetales (hojas de lechuga o espinaca, algas…).
El exceso de alimento resulta todavía más desfavorable para los peces que la mala calidad del agua. Alimentados en exceso, los peces van acumulando grasas que sólo servirán para acortar su vida. Por otra parte, si su ración es excesiva, no llegan a comérsela toda, por lo que el agua se ensucia enseguida y compromete la salud de sus inquilinos.
La ración alimenticia de un pez debe elaborarse en función de sus gustos y exigencias, aunque suele constar de:
- Alimentos frescos: carne de pescado, carne cruda, huevos de pez, mejillones, vegetales;
- Presas vivas: gusanos acuáticos, larvas de insectos, pequeños crustáceos;
- Alimento artificial: granulados industriales. Su utilización debe restringirse a los días en que no dispongamos de alimentos frescos o presas vivas.
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